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dimecres, d’abril 25, 2007

L'optimisme amarg o l'amargor optimista de la Il·lustració

El insomnio de Jovellanos

Castillo de Bellver, 1 de abril de 1808

Porque sé que los sueños se corrompen,
he dejado los sueños.
El mar sigue moviéndose en la orilla.

Pasan las estaciones como huellas sin rumbo,
la luz inútil del invierno,
los veranos inútiles.
Pasa también mi sombra, se sucede
por el castillo solitario,
como la huella negra que los años y el viento
han dejado en los muros.
Estaciones, recuerdos de mi vida,
viene el mar y nos borra.

El mar sigue moviéndose en la noche,
cuando es sólo murmullo repetido,
una intuición lejana que se encierra en los ojos
y esconde en el silencio de mi celda
todas las cosas juntas,
la cobardía, el sueño, la nostalgia,
lo que vuelve a la orilla después de los naufragios.

Al filo de la luz, cuando amanece,
busco en el mar
y el mar es una espada
y de mis ojos salen
los barcos que han nacido de mis noches.
Unos van hacia España,
reino de las hogueras y las supersticiones,
pasado sin futuro
que duele todavía en manos del presente.

El invierno es el tiempo de la meditación.

Otros barcos navegan a las costas de Francia,
allí donde los sueños se corrompen
como una flor pisada,
donde la libertad
fue la rosa de todos los patíbulos
y la fruta más bella se hizo amarga en la boca.

El verano es el tiempo de la meditación.

Y el mar sigue moviéndose. Yo busco
un tiempo mío entre dos olas,
ese mundo flexible de la orilla,
que retiene los pasos un momento,
nada más que un momento,
entre la realidad y sus fronteras.

Lo sé,
meditaciones tristes de cautivo...
no sabría negarlo.
Prisionero y enfermo, derrotado,
lloro la ausencia de mi patria,
de mis pocos amigos,
de todo lo que amaba el corazón.

En el mismo horizonte
del que surgen los días y la luz
que acaricia los pinos y calienta mi celda,
surgen también la noche y los naufragios.
Mis días y mis noches son el tiempo
de la meditación.

Porque sé que los sueños se corrompen
he dejado los sueños,
pero cierro los ojos y el mar sigue moviéndose
y con él mi deseo
y puedo imaginarme
mi libertad, las costas del Cantábrico,
los pasos que se alargan en la playa
o la conversación de dos amigos.

Allí,
rozadas por el agua,
escribiré mis huellas en la arena.
Van a durar muy poco, ya lo sé,
nada más que un momento.

El mar nos cubrirá,
pero han de ser las huellas de un hombre más feliz
en un país más libre.


Luis GARCÍA MONTERO, Habitaciones separadas

El poema ha estat comentat a classe. El contexte, parlat. Però no em puc resistir a lliurar el text a qui el vulgui llegir. Homenatge a un Jovellanos, il·lustrat espanyol, desenganat, empresonat al Castell de Bellver. No resisteixo el cop emocional que signifiquen els darrers versos: el desig de "les petjades d'un home més feliç en un país més lliure". No renunciem a aquest somni.

2 Comments:

Anonymous Anònim said...

... de tan en tan, jo també somii ser una mica més feliç en un país una mica més lliure...

Gran poema per cert!

Lluïsa

08 de maig, 2007 21:16

 
Anonymous Anònim said...

Crec que per sentir aquesta soletat i desilusió no fa falta estar engaviat dins una cel·la, perque sempre hi ha moments en que penses que res no te sentit o que et trobes impotent vers una situació, la pròpia societat sol ser la gàbia, i el teu pensament, el crim...

Jovellanos va renunciar al seu somni perquè va veure que res no canviava, es va adonar que l'idealisme de la il·lustració només era un ideal, tot i que sense aquests ideals potser mai no hauria arribat la filosofia actual.
Crec que el pitjor per a una persona es perdre l'esperança, veure com tot en el que creies es va esfonsant i no pots fer res, perdre la xispa de la vida, perdre l'ànima i les ganes de lluitar; m'ha parescut molt trist i fort, massa fins i tot,encara no se si m'ha agradat o m'ha impresionat, com que el dia que ho vares llegir a clase jo no hi era es el primer pic que ho llegeixo, i, a més, a mi m'impresiona més si ho llegeixo jo que si m'ho llegeixen...

Posaré un text que em vaig trobar a un blog, em va agradar molt, sobretot el final perque els humans tenim l'anhel de creure'ns superiors a tot, i moltes vegades l'unic que tenim son limitacions...
(com que el noi ho va posar en castellà no li cambiaré...)

Sonríe, máquina. No eres más que un dígito. Todo son bits. Risas, gritos, lágrimas, dolor, amor, poesía, música, dibujos, pensamientos, todo. Impulsos electrónicos sin significado. Necesito desconectar. Necesito descansar y alejarme. ¡Maldición, donde está el botón de apagado! ¿Porqué no logro pulsarlo? ¿Qué me ocurre? - Sonríe, humano. No eres más que carne.

19 de maig, 2007 22:11

 

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